APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Artículo del Padre
Castellano Cervera –profesor de la Pontificia Facultad Teológica Teresianum,
especialista en estudios marianos (ZENIT.org)
El significado de las «Apariciones Marianas» en el proyecto de
salvación de la fe cristiana
Por un lado las apariciones auténticas
tienen como significado teológico la presencia viva de Cristo en su Iglesia. En
el caso de María, también su particular presencia junto a Cristo como Virgen
Asunta al cielo.
Las
«apariciones» de María pueden ser un medio para confirmar en la fe de la
Iglesia, para asegurar su presencia y protección materna, particularmente en
ciertos momentos de la historia en los que hay necesidad de reforzar la fe y la
esperanza.
A
menudo algunas apariciones de María o la invención de una imagen suya milagrosa
tienen un significado eclesiológico en cuanto fundamentan con un hecho
sobrenatural la certeza de la presencia de María en una Iglesia particular que
nace, para favorecer la reconciliación entre las personas, como en el caso de
la Virgen de Guadalupe.
¿Qué
hace la Iglesia para verificar la autenticidad de las apariciones?
La
Iglesia ante todo está convencida de que Dios puede manifestarse a su pueblo en
cualquier circunstancia, como hizo en las teofanías del Antiguo Testamento y en
las apariciones de Jesús Resucitado. Lo puede hacer también la Virgen. Pero
busca obtener la certeza de esta presencia ante todas las posibles
mistificaciones subjetivas, engaños y credulidades que pueden guiar a muchos videntes
o que se dicen videntes.
Entonces ante los casos que se presentan, y siempre con el deseo de
orientar a los fieles en la verdad, busca investigar ante todo la veracidad de
los hechos excluyendo toda posible mistificación o error. Después se propone
verificar que en los hechos y en las personas no haya contraindicaciones que
podrían ser opuestas a la fe, la moral o la vida cristiana.
Busca
además comprobar la verdad también de los mensajes que se proponen y los frutos
que se obtienen.
Lo
hace con pausa, con seriedad... Por eso a veces pasan años y años sin un
pronunciamiento oficial de la Iglesia, invitando a todos mientras tanto a
seguir las normas de la fe y los principios de una sana teología y
espiritualidad mariana.
Orden cronológico de apariciones públicas conocidas
que tienen reconocimiento eclesiástico en algún grado
Comentario
teológico de Benedicto XVI sobre las apariciones de la Virgen María
Artículo Publicado en
“Revista María Mensajera Núm 300 Enero 2006 pp.2-5
Las Apariciones Marianas no pretenden superar o
corregir las revelaciones realizadas por Jesucristo en la Biblia y por el
Antiguo Testamento.
Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica
“aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada” y es la
Virgen María la que en estos tiempos finales nos está guiando para
comprenderlas mejor y avisar sobre sucesos que aparecen como oscuros e
inextricables en la Biblia.
La
misión del Espíritu Santo es la de explicitar lo ya existente, aclarar o
desvelar mejor lo que ya estaba, pero no se entendía bien por estar velado;
hacer comprensible de forma clara y gradual las verdades de fe contenidas en la
Revelación Pública. Como muy bien enseña el Catecismo de la Iglesia Católica y
cita el mismo Papa:
“Sin
embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada;
corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el
transcurso de los siglos” (n. 66)
Es
aquí donde las revelaciones privadas, cuando son realmente de Dios, juegan su
papel. Ellas son como flechas indicadoras que me llevan a un más perfecto
conocimiento de la Palabra de Dios. Gracias a estas revelaciones crezco
interiormente en Fe, Esperanza y Caridad. Nadie va al Padre sino por
Jesucristo. Y María cuando se aparece me lleva a Cristo, me engendra en Cristo
y me lleva a la Iglesia instituida por su Hijo Jesucristo. Es una labor de
María y del Espíritu Santo, Esposo de María, que nos envía el Padre y el Hijo
para reconducimos mejor a Él.
REVELACIÓN PÚBLICA Y PRIVADA
La
doctrina de la Iglesia, dice el Papa Benedicto XVI en su comentario teológico
sobre el secreto de Fátima, distingue entre la “Revelación Pública” y la
“revelación privada”. Entre estas dos realidades hay una diferencia, no sólo de
grado, sino de esencia. El término “revelación pública” designa la acción
reveladora de Dios destinada a toda la humanidad, que ha encontrado su
expresión literaria en las dos partes de la Biblia: el Antiguo y Nuevo
Testamento. Se llama revelación porque en ella Dios se ha dado a conocer
progresivamente a los hombres, hasta el punto de hacerse Él mismo hombre, para
atraer a sí y para reunir en sí a todo el mundo por medio del Hijo encarnado,
Jesucristo.
Y
el mismo Papa cita al Catecismo de la Iglesia en su nº 67, cuando dice: “A lo
largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas privadas, algunas de las
cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia…. Su función no es
la de “completar” la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a
vivirla más plenamente en una cierta época de la historia”
LAS APARICIONES SON UNA AYUDA
IMPORTANTE PARA LA FE
Las
apariciones de la Virgen, sobre todo cuando son aprobadas por la Iglesia, son
una ayuda preciosa para vivir mejor la Fe. Ellas me remiten siempre a la
Revelación Pública y a vivir mejor el Evangelio de Cristo. Ellas son una ayuda
y aunque no sean obligatorias para la Fe, haremos mal si las desechamos o
despreciamos, entre otras cosas porque nos privaremos de unas gracias
sobrenaturales que quizás sean necesarias después para poder encontrar la
verdadera Luz.
Se
deben aclarar, dice el Papa, no obstante, dos cosas:
1º
“La autoridad de las revelaciones privadas es esencialmente diversa de la única
revelación pública. En la Revelación Pública se exige nuestra Fe. En efecto, en
la Revelación Pública, a través de las palabras humanas y de la mediación de la
comunidad viviente de la Iglesia, Dios mismo nos habla. La fe en Dios y en su
Palabra se distingue de cualquier otra fe, confianza u opinión humana. La
certeza de que Dios habla me da la seguridad de que encuentro la verdad misma,
y de este modo, una certeza que no puede darse en ninguna otra forma humana de
conocimiento. Es la certeza sobre la cual edifico mi vida y a la cual me confío
al morir”.
2º
“La revelación privada es una ayuda para la fe, y se manifiesta como creíble
precisamente porque remite a la única revelación pública. Pero ella no da
certeza como la anterior. La Iglesia, cuando las aprueba, nos las presenta
únicamente como probables y piadosamente creíbles”.
El
Papa Benedicto XIV dice sobre las apariciones privadas: “No se debe un
asentimiento de Fe católica a las revelaciones privadas. Éstas exigen más bien
un asentimiento de fe humana, según las reglas de la prudencia, que nos las
presentan como probables y piadosamente creíbles.”
Y
el actual Papa Benedicto XVI hace suyas las palabras de un eminente teólogo
francés, E. Dhanis, al afirmar que la aprobación eclesiástica de una revelación
privada contiene tres elementos: a) el mensaje en cuestión no contiene nada que
vaya contra la fe y las buenas costumbres. b) es lícito hacerlo público. c) y
los fieles están autorizados a darle en forma prudente su adhesión. Un mensaje
así, concluye el Papa, “puede ser una ayuda válida para comprender y vivir
mejor el Evangelio en el momento presente; por eso no se debe descartar que es
una ayuda que se ofrece, pero no es obligatorio hacer uso de la misma”.
El
criterio de verdad y de valor de una revelación privada es, pues, su
orientación a Cristo mismo. Importante: “Cuando esa revelación privada me aleja
de Él, cuando se hace autónoma o, más aún, cuando se hace pasar como otro y
mejor designio de salvación, más importante que el Evangelio, entonces no viene
ciertamente del Espíritu Santo, que nos guía hacia el interior del Evangelio y
no fuera del mismo.”
La
carta más antigua de San Pablo que nos ha sido conservada, tal vez el escrito
más antiguo del Nuevo Testamento, es la Primera Carta a los Tesalonicenses. El
Apóstol dice: “No apaguéis el Espíritu, no despreciéis las profecías: examinad
cada cosa y quedaos con lo bueno” (5, 19-21).
“En
todas las épocas -dijo el actual Papa cuando era Cardenal Guardián de la Fe- se
ha dado a la Iglesia el carisma de la profecía, que debe ser examinado, pero
que tampoco puede ser despreciado. A este respecto, es necesario tener presente
que la profecía en el sentido de la Biblia no quiere decir predecir, sino
explicar la voluntad de Dios para el presente”.
“El
futuro no está determinado de un modo inmutable, y la imagen que los videntes
vieron (se refiere a las apariciones de Fátima) no es una película anticipada
del futuro, de la cual nada podría cambiarse”. Está haciendo hincapié el Santo
Padre a la condicionalidad de la profecía, lo que siempre hemos defendido en
María Mensajera.
Y
comentado el himno de adoración del Apocalipsis, el Papa dijo: “La historia no
está en manos de potencias oscuras, sino en manos de Dios. Ante el
desencadenamiento de energías malvadas, ante la irrupción vehemente de Satanás,
ante tantos azotes y males, se eleva el Señor, árbitro supremo de las
vicisitudes de la historia”.
Apariciones con Aprobación Eclesial
(En alguno de sus grados)
El subrayado agrega un enlace a una página web con información mas completa
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Año
|
Lugar y Aparición
|
Vidente
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40
|
Santiago Apóstol.
-Aprobada, con santuario y liturgia propia. |
|
1208
|
Santo Domingo de Guzmán
|
|
1246
|
San Simon Stock
|
|
1531
|
San Juan Diego.
-Aprobada, con liturgia y numerosas visitas papales a su santuario. |
|
Siglo XVI y XVII
|
(Vailankanni)
|
Varias personas
-Santuario basílica. Aparición conocida como "Lourdes de Oriente" |
1664
|
Benoîte Rencurel, de 17 años
-Santuario de la diócesis. |
|
1798-1898
|
Muchas personas por espacio
de un siglo.
-Reconocimiento público del Papa, santuario basílica. |
|
1830
|
Santa Catalina Laboure.
-Aprobada con liturgia y visita del Papa |
|
1836
|
Padre Genettes
-Reconocida. |
|
1846
|
Melanie C. y Maximin G.
-Aprobada, con liturgia. |
|
1858
|
Sta. Bernardita Soubirous
-Aprobada, con liturgia y visitas papales |
|
1871
|
Seis niños
-Aprobada por la santa sede, liturgia propia. Santuario |
|
1876
|
Estelle Faguete
-Obispo aprobó curación milagrosa y santuario |
|
1879
|
15 personas
-Aprobada, visita del Papa. |
|
1917
|
Sor Lucia, Beatos Jacinta y
Francisco Marto
-Aprobada, liturgia, numerosas visitas del Papa a su santuario. |
|
1932
|
5 niños
-Aprobada por la Santa Sede, santuario, liturgia. |
|
1933
|
Mariette Beco
-Aprobada por la Santa Sede, santuario, liturgia. |
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1945-1959
|
Ida Peerdeman
-Aprobada por su obispo, 31-V-2002 |
|
1947
|
Bruno Cornacchiola, comunista;
buscaba matar al Papa.
-Aprobado culto en el lugar. |
|
1947
|
Cinco niñas de 7 a 12 años
-Aprobación del obispo, 2001. |
|
1953
|
Angelo y Antonina Januso
-Aprobada por los obispos. |
|
1956
|
Hna. María Ephren
-Aprobación del obispo auxiliar para medalla e imagen (1963) y publicación de mensajes |
|
1973
|
Sor Agnes Sasagawa
-Aprobación del obispo, permiso de culto. |
|
1976
|
María Esperanza Medrano de
Bianchini
-Apariciones aprobadas por su obispo. |
|
1980
|
Bernardo Martinez
-Aprobada por los obispos de Nicaragua. |
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1981
|
En 2001 el obispo aprueba la
aparición a 3 de las videntes.
|
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1982
|
Mirna Nazour
-única aparición aprobada por obispos católicos y ortodoxos. |
|
1983
|
Gladys Quiroga de Motta
-Aprobación del obispo, culto. |
|
1988-1990
|
Patricia Talbot
-Obispo aprobó la asociación Guardiana de la Fe. |
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1652
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8 de septiembre de 1652
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Patrona de Venezuela
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