ActoR


ACTO DE REPARACION MARIANA.
ACTO DE CONSAGRACION AL CORAZON INMACULADO DE MARIA



ACTO DE REPARACION MARIANA

¡Dulcísima Madre mía! Aunque indigno de aparecer en Tu presencia por mis muchos y grandes pecados, me presento hoy ante Ti, con el deseo de ofrecer a tu Corazón Inmaculado el testimonio de mi filial cariño, en desagravio de las injurias que recibes de tantos hombres ingratos.

¡Oh, quien tuviera, para desagraviarte dignamente, el corazón abrasado de tus más amantes hijos, que cifraron su gloria en amarte y toda su felicidad en servirte, aunque no tengo yo el amor de estos siervos tuyos, propongo hacer con todo fervor este acto de reparación, en honra de tu Corazón Santísimo! Recíbelo, Madre, como prueba de mi afecto, y ayúdame con tu protección poderosa. Amen.

ACTO DE REPARACION

Primero:

Yo te venero, Corazón Santísimo de María, como el Corazón de la Madre de Dios, adornado de todas las excelencias de tan sublime dignidad. Yo deseo desagraviarte de las injurias que te hacen los que niegan tu Inmaculada Concepción, tu Maternidad Divina y tu Perpetua Virginidad, o se mofan de las prácticas establecida en tu honor.

Te ofrezco a este fin los obsequios y servicios de todos los justos de la tierra, suplicándote me concedas la gracia de servirte con fidelidad todos los días de mi vida. Amen

(Avemaría)

Yo te venero Corazón Santísimo de María, como mediadora de todas las gracias que se conceden a los hombres.

Yo deseo desagraviarte de las injurias que te hacen los profanadores e tus imágenes, los que niegan la santidad de tu culto y el poder de tu intercesión.

Te ofrezco a este fin las alabanzas que te tributaron los Santos Padres y Doctores y te tributa en su liturgia la Santa Iglesia, suplicándote me concedas la gracia de poder cantar tus glorias, hasta el fin de mi vida. Amen

(Avemaría)

Yo te venero, Corazón Santísimo de María, como a espejo si mancha de la santidad de Dios y Templo Augusto de la Santísima Trinidad.

Yo deseo desagraviarte de la injuria que te hacen las almas tibias en tu amor, indiferente en tu servicio, inconstantes en tu devoción e ingratas a tus beneficios; así como también la que te hacen los que infunden en el corazón de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio a tu culto y a tu amor.

Te ofrezco a este fin los himnos de alabanza que resuenan en tu honor en el templo santo de la gloria, suplicándote me concedas la gracia de poder unirme a ellos para alabar a Dios y a Ti por todas la eternidad. Amen

(Avemaría)



REPARACION DE BLASFEMIAS

Gloriosísima Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra, dirige una mirada de compasión hacia nosotros pobres pecadores, que apenados por tantos males como en esta vida nos rodean, sentimos rasgársenos el corazón ante las atroces injurias y blasfemias que contra Ti, tan frecuentemente nos vemos forzados a escuchar.

¡Oh, cuanto ofende a la majestad infinita de Dios y de su Unigénito Hijo Jesucristo estas impías palabras!

Si con el sacrificio de nuestras vidas pudiésemos impedir tantos ultrajes y blasfemias, muy gustosos lo haríamos, porque, Madre nuestra Santísima, deseamos amarte y honrarte con todo el corazón, por ser esta la voluntad de Dios.

Y precisamente porque te amamos, haremos cuanto este de nuestra parte para que sea de todos honrada y amada.

Tú, mientras tanto ¡Oh Madre de Piedad! Soberana Consoladora de los afligidos, Auxilio de los cristianos, acepta este acto de reparación que te ofrecemos en nombre nuestro y en el de todas nuestras familias, aun por los que no sabiendo lo que dicen blasfeman impíamente de Ti, a fin de que, alcanzando de Dios su conversión, hagas más gloriosa y manifiesta tu piedad, tu poder, tu gran misericordia, y también ellos se unan a nosotros para proclamarte la bendita entre Todas las mujeres, la Virgen Inmaculada, la Piadosa Madre de Dios

(Tres Avemarías)

LETANIAS REPARADORAS

¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad que nosotros tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal

·        -De las horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo Jesús: Te consolamos Señora

·        -De la espada de dolor que hijos degenerados quieren nuevamente clavar en tu Corazón maternal: Te consolamos Señora

·        -De las blasfemias que se lanzan contra tú purísimo y Santísimo Nombre: Te consolamos Señora

·        -De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de tus glorias más excelsas: Te consolamos Señora

·        -De los insultos que se lanzan contra tu culto dulcísimo: Te consolamos Señora

·        -De las sacrílegas afrentas que los impíos cometen contra tus sagradas imágenes: Te consolamos Señora

·        -De las ofensas contra las virtudes perfectas que en Ti se personifican: Te consolamos Señora

·        -De los ultrajes que se cometen con las modas, la pornografía y los espectáculos pecaminosos, contra la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada: Te consolamos Señora

·        -De los horrendos delitos y medios de corrupción con que se aparta a los inocentes de Tu seno maternal: Te consolamos Señora

·        -De la frialdad de tantos corazones frente a tus ternuras maternales: Te consolamos Señora

·        -Del desprecio a tus invitaciones de amor: Te consolamos Señora

·        -De la cruel indiferencia de tantos corazones: Te consolamos Señora

·        -De tus lágrimas maternales: Te consolamos Señora

·        -De las angustias de tu Dulcísimo Corazón: Te consolamos Señora

·        -De las agonías de tu alma Santísima en tantos calvarios: Te consolamos Señora

·        -Del martirio que te ocasiona la perdía de tantas almas redimidas por la Sangre de Jesús: Te consolamos Señora

·        -De los horrendos atentados que se cometen contra tu Hijo, que vive en su Vicario y en sus sacerdotes: Te consolamos Señora

·        -De la conjuración infernal contra la vida de Jesús en su Iglesia: Te consolamos Señora

¡Oh Madre Santa dulcísima, que al pie de la Cruz nos recibisteis como hijos, mientras martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y desgarraban tu corazón tiernísimo! Ten piedad de todos los desventurados e indignos que te ofenden; haz que ellos también puedan ser acogidos en tu seno maternal, purificados por tus lágrimas benditas y admitidos a gozar los frutos estupendos de tu maternal misericordia.
Amen



PRECES AL INMACULADO CORAZON DE MARIA

a) Por la conversión de los pecadores

¡Oh Corazón Inmaculado de María te pedimos por la conversión de los que niegan las verdades de la fe: Te rogamos, óyenos!

-Por la conversión de los que ultrajan el nombre de Dios: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los que profanan el Día del Señor: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los hijos desobedientes: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los que siembran odios y enemistades: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los degenerados e impúdicos: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los que profanan tus templos e imágenes: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los que atacan tu dignidad: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los herejes, infieles y cismáticos: Te rogamos, óyenos.

-Por la conversión de los malos católicos: Te rogamos, óyenos.

b) Por mis necesidades

¡Oh Corazón Inmaculado de María, Madre de Dios y Madre nuestra! Aquí me tienes humildemente, para pedir confiadamente y con todo fervor de mi alma

-En todas mis desgracias y miserias: Ayúdame María.

-En mis reveses y necesidades: Ayúdame María.

-En mis tristezas y angustias: Ayúdame María.

-En las persecuciones de mis enemigos: Ayúdame María.

-En las tentaciones del demonio: Ayúdame María.

-En las ocasiones de pecar: Ayúdame María.

-En las embestidas de mis pasiones: Ayúdame María.

-En los incentivos de los escándalos del mundo: Ayúdame María.

-Cuando esté en peligro de perder la fe: Ayúdame María.

-Cuando esté en peligro de condenarme: Ayúdame María.

-En mis dolores y enfermedades: Ayúdame María.

-Durante la vida y en la hora de mi muerte: Ayúdame María.

-En mi última agonía: Ayúdame María.

-Al separarse mi alma del cuerpo: Ayúdame María.

-Al presentarme mi alma ante el tribunal Divino: Ayúdame María.

-En todas partes, ahora y siempre: Ayúdame María.

Dulce Corazón de María, Se la salvación del alma mía y del mundo entero, Amen

(Todos)
Magníficat
Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador

Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava

Por eso desde ahora todas las generaciones me llamaran bienaventurada

Porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre

Y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, disperso a los que son soberbios de corazón

Derribo a los potentados de sus tronos y exalto a los humildes

A los hambrientos colmo de bienes y despidió a los ricos sin nada

Acogió a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia

Como lo había anunciado a nuestros padres, en favor de Abraham y de su linaje por los siglos de los siglos,
Amen


ACTO DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

Para los religiosos y laicos que se adhieren al Movimiento Mariano

Virgen de Fátima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de la Tierra, refugio de los pecadores, nosotros, adhiriéndonos al Movimiento Mariano, nos consagramos de un modo especialísimo a Tu Corazón Inmaculado.

Con este acto de consagración queremos vivir contigo y por medio de Ti, todos los compromisos asumidos con nuestra consagración bautismal; nos comprometemos a realizar en nosotros aquella conversión interior tan requerida por el Evangelio, que nos libre de todo apego a nosotros mismos y a los fáciles compromisos con el mundo, para estar, como Tú, solo disponibles para hacer siempre la Voluntad del Padre.

Y mientras queremos confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, nuestra existencia y vocación cristiana, para que Tu dispongas de ellas para Tus designios de salvación esta hora decisiva que pesa sobre el mundo, nos comprometemos a vivirla según tus deseos, en particular por lo que se refieren a un renovado espíritu de oración y de penitencia, a la participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y al apostolado, al rezo diario del santo Rosario y a un austero modo de vida, conforme al Evangelio, que sea un buen ejemplo para todos en la observancia de la Ley de Dios, en el ejercicio de las virtudes cristianas, especialmente de la pureza.

Te prometemos también estar unidos al Santo Padre, a la jerarquía y a nuestros sacerdotes, para oponer así una barrera al proceso de contestación al Magisterio, que amenaza los fundamentos mismos de la Iglesia.

Bajo tu protección queremos también ser los apóstoles de esta hoy tan necesaria unidad de oración y de amor al Papa sobre el cual invocamos de Ti una especial protección.

Finalmente, te prometemos llevar a las almas con las cuales entremos en contacto, en cuanto nos sea posible, a una renovada devoción hacia Ti.


Conscientes de que el ateísmo ha hecho naufragar en la fe a un gran número de fieles, de que la desacralización ha entrado en el Templo Santo de Dios, de que el mal y el pecado se propagan cada vez más en el mundo, nos atrevemos a levantar, confiados, los ojos a Ti, Madre de Jesús y Madre nuestra misericordiosa y poderosa, y también hoy, invocar ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!